Jueves 28 de Febrero del 2019 – Evangelio según San Marcos 9,41-50

miércoles, 27 de febrero de
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Jesús dijo a sus discípulos:

«Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.

Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.

Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.

Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Porque cada uno será salado por el fuego. La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros».

Palabra de Dios

 


P. David Pintos sacerdote de la diócesis de San Ramón de la Nueva Orán

 

Nuestro Señor en el Evangelio nos enseña hoy que debemos tener mucho cuidado con nuestras acciones. Que nuestros sentidos no nos lleven a hacer cosas que después nos arrepintamos o que después nos hagan daño. Dios nos puso en el mundo para ser felices y hacer el bien. Dios no nos puso en el mundo para hacer daño o para que nos hagamos daño. Dios quiere nuestro bien y por eso nos pide que nos cuidemos. Dios nos pide que cuidemos nuestro pensar y nuestro actuar.

Cuando vemos algo que no está bien tenemos que cortarlo de raíz, cuando veo que tal cosa realmente no ayuda tengo que rechazarla inmediatamente. Tenemos que aprender a ser prudentes, tenemos que aprender a ser sabios. Tenemos que tomarnos una pausa y pensar en lo que vamos a decir o hacer, ver si eso ayuda o no ayuda.
Como cambiaría las cosas si siguiéramos las enseñanzas de Jesús, la realidad sería otra si todos nos proponemos a vivir el Evangelio. Las familias serían felices, las relaciones seria eternas, los pueblos progresarian de verdad, habría un mundo más justo y más fraterno.

Jesús hoy en el Evangelio nos pide que seamos generosos y ayudemos al necesitado. Jesús nos pide que no escandelizemos. Jesús nos pide que arranquemos de raíz todo lo malo que cometemos. Jesús nos pide una verdadera conversión. Y eso es lo que le vamos a pedir a Jesús en este día, que purifique nuestro corazón y nuestros sentidos, le pidamos a Jesús el don de la prudencia y la gracia de hacer siempre el bien a todos. Amen