“¿Quién es aquel Caballeroherido por tantas partes,que está de expirar tan cerca,y no le socorre nadie?
«Jesús Nazareno» diceaquel rétulo notable.¡Ay Dios, que tan dulce nombreno promete muerte infame!
Después del nombre y la patria,Rey dice más adelante,pues si es rey, ¿cuándo de espinashan usado coronarse?
Dos cetros tiene en las manos,mas nunca he visto que clavena los reyes en los cetroslos vasallos desleales.
Unos dicen que si es Rey,de la cruz descienda y baje;y otros, que salvando a muchos,a sí no puede salvarse.
De luto se cubre el cielo,y el sol de sangriento esmalte,o padece Dios, o el mundose disuelve y se deshace.
Al pie de la cruz, Maríaestá en dolor constante,mirando al Sol que se poneentre arreboles de sangre.
Con ella su amado primohaciendo sus ojos mares,Cristo los pone en los dos,más tierno porque se parte.
¡Oh lo que sienten los tres!Juan, como primo y amante,como madre la de Dios,y lo que Dios, Dios lo sabe.
Alma, mirad cómo Cristo,para partirse a su Padre,viendo que a su Madre deja,le dice palabras tales:
Mujer, ves ahí a tu hijoy a Juan: Ves ahí tu Madre.Juan queda en lugar de Cristo,¡ay Dios, qué favor tan grande!
Alma, sus labios divinos,cuando vamos a rogarle,¿cómo con vinagre y hieldarán respuesta süave?
(…) Dulcísimo Cristo mío,aunque esos labios se bañenen hiel de mis graves culpas,Dios sois, como Dios habladme.
Habladme, dulce Jesús,antes que la lengua os falte,no os desciendan de la cruzsin hablarme y perdonarme.”
Lope de Vega