Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él.
1 Jn. 2,5
1. A partir de hoy la verdad es un valor; a partir de ahora la vida es un valor.
2. A partir de hoy trabajaré para que el hombre nunca tenga necesidad de dudar del hombre, para que tenga confianza en el hombre.
3. A partir de hoy ya no usaré más la coraza del silencio ni la armadura de las palabras.
4. A partir de hoy recordaré que el sufrimiento mayor será no poder amar con la suficiente entrega a quien amo.
5. A partir de hoy no olvidaré que el hombre fue creado para amar y que esto es tan hermoso como las estrellas de la mañana.
6. A partir de hoy buscaré no hacer el bien por obligación, ni evitaré el mal sólo porque está prohibido, sino porque estoy plenamente convencido de que eso es lo mejor para mi y para los demás.
7. A partir de hoy ejerceré mi libertad iluminada por el Evangelio y respetando la de mi prójimo.
Por último: A partir de hoy trataré de no olvidar nunca que no debo amar sin amor.
¡Cuántas cosas habría que corregir y cambiar si tomáramos en serio el Evangelio! ¡Qué distinto es el modo de pensar del mundo del modo de pensar el Señor en su Evangelio!
¡Cuántas cosas resultarían superfluas en la vida personal y social si tuviéramos al Evangelio como verdadero punto de referencia, si lo viviéramos en espíritu y en verdad!
-Alfonso Milagro, Meditando la vida- Edición claretiana