“Ahora Chiara Luce ve a Jesús”

viernes, 7 de octubre de
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 07/10/2022- Hoy se cumplen 30 años del fallecimiento de Chiara “Luce” Badano,  una joven que vivió tan solo casi 19 años, ella alcanzó la plenitud de la vida cristiana: la santidad. Ha dejando una huella de amor imborrable entre sus familiares y amigos (eran muchisimos). Hoy su devoción alcanza a miles de jóvenes de todo el mundo.

En el 1988, cuando tenia 17 años le diagnosticaron una grave enfermedad: “sarcoma osteogénico con metástasis” (cáncer de huesos), ella vivió este tiempo de dolor con mucha alegría y esperanza:

Después de los primeros ciclos de quimioterapia empieza a perder el uso de las piernas y sufre fuertes dolores en las intervenciones. Chiara quiere ser informada sobre cada detalle de su enfermedad, y por cada nueva dolorosa sorpresa ella nunca vacila. “¡Por ti Jesús: si Tu lo quieres, yo también lo quiero!”.

Chiara conservó su buen ánimo, incluso cuando la dura quimioterapia causó que su cabello se cayera. Cuando un mechón de pelo se caía, Chiara simplemente lo ofrecía a Dios diciendo, «Para ti, Jesús». Estando en esta situación decidió donar sus ahorros a un amigo que estaba por irse de misión a África. Le escribió diciendo, «Ya no necesito este dinero. Lo tengo todo». Ella soñaba con ser médica y sanar a los niños de África, en aquel país hoy existe un centro de acogida de enfermos con su nombre.

Chiara parte el encuentro de su enamorado

Siente que el fin se acerca. Se prepara, la “fiesta de bodas, su propio funeral. Elige un vestido de novia, blanco con un lazo rosado y se lo hace probar a una amiga (Chicca), escoge la música, las flores, los cantos y las lecturas de la misa. A su mamá le revela: “Cuando me vaya al paraíso tú y papá escribirán la experiencia que vivimos juntos, y se la entregaran a los demás”. Y en otro momento le expresó: Cuando me prepares tendrás simplemente que repetir ‘Ahora Chiara Luce ve a Jesús’.

Llegó finalmente el día del encuentro definitivo de Chiara con su amado, con Jesús. Sus últimas palabras fueron para su mamá: «Adiós Mamá! Que seas feliz, porque yo lo soy.». Falleció el domingo 7 de octubre de 1990, festividad de la Virgen del Rosario.

El testimonio de Chiara reaviva la luz de la Esperanza en nuestras vidas, pidamos por su intercesión vivir diariamente la virtud teologal de la Esperanza, sobre todo ante los momentos de gran dolor y sufrimiento.

“Señor aumenta nuestra Esperanza”

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña:

La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. (1817)

La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad. (1818)

Ilustración: Lio Camargo