Alegrarnos del gozo del Padre

domingo, 27 de marzo de
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Hola qué tal amigo y amiga de Radio María Joven! Te has dado cuenta que llevamos más de la mitad de la cuaresma recorrida? Hemos llegado a la cuarta semana de éste tiempo litúrgico, y la alegría pascual se ve ya más cercana, es por eso que el nombre que recibe el cuarto domingo de cuaresma es «Laetare», es decir Alégrate, regocíjate.

En el evangelio que se proclamará en la celebración de la eucaristía se nos presenta la parábola del Padre misericordioso y el hijo pródigo. Una de las páginas mas bellas del evangelio. Seguramente no nos deja indiferentes, alguna reacción nos genera, a veces nos podemos identificar con el hijo menor, el que se fue, pero otras con el hijo mayor, que siempre ha estado en la casa del Padre, dedicamos un momento a ver los diferentes personajes de esta parábola y a cual estamos llamados a imitar.

Los personajes de la parábola

  • El hijo menor, aquel que conocemos como pródigo, es el que salió de la casa del padre, después de pedirle la herencia que le correspondía, es decir declarando muerto a su padre, una cosa impensable para la mentalidad judía y también para nuestra cultura y mentalidad. Al irse de la casa fue a malgastar el patrimonio que su padre le entregó. Pasado el tiempo, al no tener ya nada, se dedicó a cuidar cerdos (animal considerado impuro), es en este momento que, motivado por el hambre se acuerda que en casa de su padre los siervos vivían mejor que él en ese momento, y decide regresar a casa de su padre, pidiéndole ser admitido como un siervo.
  • El Padre Misericordioso. Centro de la parábola es la figura del Padre misericordioso. Entrega a su hijo menor la parte de la herencia, aunque este gesto significaba que lo consideraba muerto, porque solamente se repartía la herencia una vez fallecido el padre. Al regreso del Hijo menor se alegra inmensamente, no le deja ni siquiera terminar su “discurso de excusa” cuando lo abraza, lo recibe con amor inmenso, y ordena una fiesta. También sale al encuentro del otro de sus hijos, el mayor, recordándole que todo lo que le pertenece es también propiedad de él. Es decir sale al encuentro de ambos hijos y les acoge en casa invitándoles a vivir como tal, como hijos suyos.
  • Los siervos. Pasan casi siempre desapercibidos estos personajes, los siervos del padre misericordioso, no son el nombre de una congregación son un personaje colectivo presentado en esta parábola. Aquellos que obedecen al Padre y preparan la fiesta alegrándose con él por el retorno de su hijo menor. También uno de los siervos es quien aclara el motivo de la fiesta al hijo mayor.
  • El Hijo Mayor. El Hijo que vivía como siervo. No se sentía tampoco hijo del padre, cuando dialoga con el padre muestra esta actitud respecto a su padre. Cuántas veces nos sentimos siervos obedientes y no hijos del padre. No comparte la alegría del padre y ni siquiera es informado de la fiesta sino hasta cuando regresa. Espera una justicia para su hermano (que no lo consideraba mas su hermano, lo llama “ese hijo tuyo”).

Llamados a ser como el Padre Misericordioso

Ahora, ¿Cómo cual de los personajes debemos ser? ¿Ser como el Hijo mayor, intachable, recto y obediente? ¿Probablemente como el hijo menor que sale de casa, despilfarra los bienes de la familia y cuando siente hambre decide regresar, se deja abrazar?

Como dije antes, el centro de la parábola es el Padre Misericordioso, que sale al encuentro de ambos hijos. Es a ser como él que nos invita Jesús a través de este episodio, nos invita a ir mas allá de la lógica humana y “justa” para ir a otra justicia la de la misericordia. También nos invita a vivir como hijos en la casa del padre, ninguno de los dos se sentía realmente privilegiado de ser hijo, uno sale de la casa, el otro vive como siervo, ¿ y tú, vives como siervo o como hijo?

El evangelio de hoy nos invita además a alegrarnos de la alegría del Padre, a regocijarnos con él a sentir alegría del regreso de nuestros hermanos, esto también es ser hijo, compartir con él sus gozos y preocupaciones.

Por eso, la palabra para ésta semana es ALEGRATE, alégrate del gozo del padre, que se alegra por un pecador que se arrepiente.

Animo y buen camino de la cuaresma

¡Feliz domingo de la alegría!