La muerte es de esos acontecimientos que no pueden describirse con palabras. Es un hecho que nos inmoviliza. Que nos saca de cualquier contexto.
Hoy,recordamos a Jesús en la cruz, con los brazos abiertos,con su humanidad entregada, con sus ojos llenos de dolor.
Hoy,me quedo a los pies de esa cruz,con la mirada baja. Amando en silencio. Lo abrazo. Lo acompaño. Agradezco por su amor. Hago silencio. Me reputo una y otra vez que me amó hasta el fin. Y por sobre todo, espero la resurrección.
Porque la muerte de Jesús es un hecho que nos atraviesa, pero su resurrección,nos reaviva.
Cuando miro hacia atrás reconozco cuántas veces me culpabilicé en vano, cuántas veces castigué mi humanidad, este regalo tan…
¡Qué alegría gustar esta libertad! Me siento inmensamente agradecida por este andar con las manos abiertas, dándome de lleno, sin…
Que reines Tú, Señor, en mi corazón que reine tu paz que reines Tú cada día y me hagas…
Es verdad de que hay un modo de vivir que es estar en casa. Cada espacio, cada persona, cada…
¿Cómo me acerco a lo que estudio? ¿Cómo quien degusta o como quien devora ? Si me acerco con voracidad,…