Andar y andar con el Cura Brochero

martes, 16 de marzo de

José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) es conocido por ser el cura gaucho. Lo conocí hace poco. Aun así quiero acercarme a él diciéndole desde el corazón:

Cura Brochero conociste a Dios de niño

nunca dejaste de andar y andar,

de las sierras hasta la ciudad y vice versa

buscando la voluntad de aquel que te llamó;

alejándote, incluso, de los tuyos.

 

Tus cejas quemadas por los estudios

como muchos de los jóvenes,

anhelando una vida mejor.

Te despertabas de madrugada a estudiar

y por la noche dejabas todo en las manos de Dios.

 

El celo de la vocación de ser sacerdote

fue desde siempre una convicción firme en vos.

Vos nos inspiras y nos dejas un mensaje con tu vida,

vida confiada en la misericordia de Dios

vida de oración, de estudio, y de misión.

 

En todo este caminar te fuiste fiel.

Tus palabras llegan al corazón y siembran el bien;

tu poncho y tu sombrero acercan al que está lejos;

tu mate compañero y puente leal;

tus manos en el barro con los serranos.

 

Cura Brochero te decimos gracias

te pedimos fuerza en nuestro andar

el sendero en el que hoy caminamos y que parece sinuoso.

Sé nuestra luz y nuestro motor.

Con tu mula, la Malacara, caminaremos junto a vos.

Cura Brochero un hombre de su tiempo que dejó sus huellas bien marcadas. Que él sea nuestro testigo de ser caminos que se acercan a los alejados. Que el mate, las ganas de gastar tiempo con el otro aun desconocido, y la buena onda sean las cargas de nuestra mochila para dar amor. Hoy en su fiesta celebramos su vida que nos recuerda que “la gracia de Dios es como la lluvia, a todos moja.”