Sin dudas,las situaciones que nos atraviesan al medio, que nos mueven el piso, que nos dejan expuestos y vulnerables; son situaciones que a la vez,nos transforman.
A lo largo de la historia,del dolor ha brotado arte,maravillas.
El dolor nos elige,nos atraviesa y nos transforma.Como si en medio de la grieta de tierra seca naciera poco a poco una flor.
Del dolor surgen los abrazos más tiernos, las compañías más firmes, la fortaleza más increíble. Del dolor brota nuestra humanidad, una humanidad frágil que necesita de Cristo para caminar.
Reconocernos débiles humanos frente al dolor,nos hace partícipes de la vida y no espectadores. Nos hace valorar cada día que se nos regala y nos impulsa a vivirlos con intensidad. El dolor nos abraza a la cruz que Cristo nos ayuda a cargar cada dia.