Canto del baldío

jueves, 20 de marzo de

Señor
que cada día
de sol o de tormentas
tenga en mi mano
un fruto
como ofrenda.

Señor,
que el desamor
no postergue mi entrega,
que en todos esos huecos
que hay en mi corazón
florezca tu promesa.

Señor.
Mirá mis manos,
tan vacías,
tan secas…
Necesito
que trabajes mi suelo
para darte cosecha.