En este año que renace, en esta estación de encuentros, qué mejor dejar que Jesús se meta en nuestra vida, en nuestros sueños. Que sea él quién teje nuestros proyectos. Pues así serán hechos perfectos, sensatos y alegres.
En este periodo de vacaciones y descanso, o quizá, de campamentos y convivencias, aprovechar para encontrar a Dios que nos habla en la naturaleza. Tomar los días como un regalo, un momento de Dios para mí, en donde puedo conocerlo más, en donde puedo hacer más amigos. Porque en definitiva Dios nos da el momento. Él ha querido traernos, Él nos ha invitado, Él nos llama, Él nos pone en el lugar y nos ubica en el tiempo.
Dejar que el Señor sea nuestro guía y abrir el corazón temprano, nos dará la satisfacción de hacer su voluntad durante el año.
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías…
Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo…
Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los…
Después de haber expulsado a los vendedores del Templo, Jesús volvió otra vez a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el…
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él…