Contemplación de la última cena: dejarse amar

jueves, 14 de abril de
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Está Jesús a la mesa rodeado de sus discípulos. Se levanta decidido y se arrodilla frente a Pedro. Discuten porque Pedro no se quiere dejar lavar los pies. Le cuesta dejarse amar. El Maestro le hace comprender su lógica y cede.  Le lava los pies con profunda ternura. Agarra sus pies de barro como quien agarra un tesoro delicado o un niño frágil que hay que amar con extremo cuidado. Contempla enamorado sus pies. Se queda ahí, amándolo. Van cayendo una a una las resistencias de Pedro. Ya descalzo frente al Misterio comprende que se le quiere no por mérito sino por ser. Acoge el regalo de saberse amado, se deja querer.

De ahora en adelante, su entrega no dependerá de su fuerza de voluntad sino que su entrega total será respuesta agradecida a la ternura recibida.

Desde allí construirá, amando y dejándose amar.

 

Fuente de la imagen: corxalexart