Toca, Señor, lo duro
lo herido, lo muerto
Despierta, Señor, lo dormido
los sueños de niños,
las ilusiones de alguna vez
Abraza, Señor,
toda nuestra humanidad,
orienta nuestras búsquedas
Sacia nuestra sed
de plenitud
Restaura, Señor, la fe rota
Limpia, Señor, los ojos ciegos.
Abre las manos cerradas.
Habita al corazón que te busca.
Mueve los pies petrificados.
Danos la gracia de dar pasos
para ser cada día
más plenamente humanos
Fuente de la imagen: corxalexart