Este pensamiento fugaz vino a mí como un susurro, después de muchas dudas y preguntas, le dije a Dios en muchas oportunidades en oración: “Señor por qué se termina el amor, por qué en el mundo hay cada vez menos amor, por qué los matrimonios se rompen, por qué los religiosos se van de su consagración y abandonan su misión, ¿el amor se extinguió de este mundo?”.
El Señor hizo silencio y nunca respondió, en mi oración sentía el silencio de Dios… Y sorprende cuando responde, inesperado para mí. Sentí en mi corazón al tiempo, este detalle de Dios que me dio la Paz, calmó mis perturbaciones, y ¡de una forma muy tierna!. Claro que no fueron palabras concretas, es difícil de expresar, pero limitadamente intentaré decirlo y poner en ellas la suave brisa que dejó Dios en mi interior. Fue su Espíritu como un susurro interior pero consigo me trajo la luz y entendimiento, claridad y por eso digo, que fue una respuesta de Dios, por la huella y cómo quedé luego: en su soplo me trajo la luz a mi razón y puedo materializarlo.
“Hija mía, el amor existe y existirá por la eternidad, porque soy un Dios eterno y eterno es mi amor”.
El amor se puede dañar y terminar entre prójimos porque se cierran a la fuente de amor, olvidan la relación primera, se olvidan el primer mandamiento y por esto se encuentran más pero mucho mas limitados a cumplir el segundo mandamiento, y cuando dan tropezones a los primeros por añadidura faltan a los siguientes…
El amor es sublime, auténtico, delicado, frágil, un tesoro, el único valioso que mueve el mundo, amar, y es la misión del hombre que lleva consigo el DON DE LA FE, preservar la ley del amor, para esto la iglesia contiene fuentes producto de mi misericordia, y cuando faltamos allí reparan sus faltas y a mi corazón en el Sacramento de la reconciliación.
“Las enseñanzas que les traigo son las mismas que recibí del Señor: la noche en que el Señor Jesús fue traicionado, tomó pan, y después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que doy por ustedes. Cómanlo como recordatorio de mí». De la misma manera, después de comer, levantó la copa de vino y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, que es sellado con mi sangre. Cuando beban el vino de esta copa, háganlo para recordarme». Corintios 11:23-25
En eso comprendí en un cierto punto por qué Dios nos dejó sus leyes, no como un adoctrinamiento sino como un corralito de amor, de protección, como el lugar seguro, porque en su cumplimiento Él puede cuidarnos, porque razonando un poco y siguiendo la lógica de un PADRE QUE AMA INCONDICIONALMENTE A SU HIJO. Pienso ¿acaso un Padre no debe poner límites a su hijo para cuidarlo? Un niño cuando es pequeñito y empieza a querer descubrir busca, indaga y en eso a veces ocurre que mete sus deditos en el enchufe. Por esto Dios ya lo pensó, nos cuida y ya nos dejó el camino a seguir y entonces nosotros, que somos limitados en el amor y aún así cuidamos a nuestros hijos, lógicamente ¿cómo Dios que es amor perfecto no nos preservará del auto daño que logramos cuando pecamos?. ¿Cómo puede ser que los mandamientos sean cosas pasadas?.
Siguiendo el hilo de la claridad que tuve, precisando el amor en el matrimonio, ¿cómo y por qué se destruye? y la respuesta sigue la misma línea: todo se destruye cuando destruiste la relación con Dios. ¿De dónde sacar fortaleza antes las innumerables tentaciones del mundo? Sin Dios, ¿qué hay?. Si toda fortaleza proviene de Dios.
Y hago esta reflexión: ¿qué puedo prometer a Dios? ¿Puedo ser fiel a Dios? Y sino lo soy, ¿como seré con mi prójimo?puedo prometer a Dios, si niquiera tengo una relación con él?. El amor es exigente, no es solo sentimiento bonito, fugaz, claro que no, si se esfuma nunca se amó…
El amor proviene de Dios, y si lo saco de mi vida, entonces ¿como podré luchar para amar cada día un poco más y mejor?, hay que prepararse entrenase y purificar el Alma, para así entrar en la presencia de Dios en el cielo, llegar a su reino donde todo es AMOR. Esto si que es radical y difícil, pero no hay un amor a medias, dice san Agustín ” la medida del amor es amar sin medidas” o santa Madre teresa “ama hasta que duela y si duele es buena señal”. El amor es un misterio que implica renuncias y la que más duele, es morir a uno mismo… pero bueno Jesús ya hizo la parte más sacrificada, nos queda luchar, día a día para alcanzarlo e imitarlo a pesar de nuestras debilidades..
Quería compartir la enseñanza que sentí Dios me hizo de un modo personal. No entiendo muchas cosas, pero que Dios nos ama y está vivo de eso si puedo dar fe.