Estando perdida Dios me trae de su mano nuevamente hacia Él, hacia Casa. Entonces recuesto mi cabeza en su hombro sabiéndome amada. Le cuento entre mate y mate todo lo que me pasa, me siento abrazada, amada , gusto el estar en casa.
Yo veo barro, vos ves barro amado. A mí me pesa mi caos, a vos te alegran mis pasos. Yo me culpabilizo cuando vos ya me perdonaste y me liberaste de mis propias cadenas. Me desafías, me desacomodás, me rompés lo duro, me enternecés, me enamorás, me amás, me curás, me resucitás, me querés en tus manos, esperás mi barro para curar. ¡Gracias, Dios misericordioso, por amar nuestra pobreza!
Cuando miro hacia atrás reconozco cuántas veces me culpabilicé en vano, cuántas veces castigué mi humanidad, este regalo tan…
¡Qué alegría gustar esta libertad! Me siento inmensamente agradecida por este andar con las manos abiertas, dándome de lleno, sin…
Que reines Tú, Señor, en mi corazón que reine tu paz que reines Tú cada día y me hagas…
Es verdad de que hay un modo de vivir que es estar en casa. Cada espacio, cada persona, cada…
¿Cómo me acerco a lo que estudio? ¿Cómo quien degusta o como quien devora ? Si me acerco con voracidad,…