Es tu dolor lo que, en mi fragilidad, me sostiene y alienta para poder fortalecerme.
Son tus brazos extendidos en la cruz los que me abrazan y confirman que en tu abrazo hay lugar para todos.
Es tu amor lo que me ensancha el corazón y a la vez me muestra lo limitada que es mi capacidad de amar.
Es tu verdad y tu convicción en crear la civilización del amor lo que hace que quiera ponerme la camiseta y jugar toda mi vida para tu equipo.
Es tu madre la que, adoptándome como su hija, me enseña a contemplarte en silencio.
Es tu vida la que me deja en claro la importancia de arriesgarse por lo que Dios me tiene preparado y me impulsa a amar hasta el extremo.
Es tu modo, Jesús, el que me revela una nueva forma de amar.
Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar…
Una vez más, me vuelves a mirar en medio del silencios. No se escucha nada mas qué mí corazón latir…
A veces necesitamos de un intensivo para poder prepararnos para ciertas pruebas. Lo hacen los deportistas antes de una gran…
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: “Esta es una generación malvada. Pide un signo y…
Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo…