En Jesús podemos saborear la misericordia

martes, 16 de febrero de
image_pdfimage_print

Profundizar la misericordia de Dios en nuestra humanidad es una gracia, ya que, no todas las personas sobre la faz de la tierra tienen esta conciencia del amor eterno, cercano y humano de Dios.

En la persona de Jesús, podemos palpar, oler y saborear la misericordia.

El Papa Francisco comenzó la Carta Apostólica: Misericordia et misera, al término del jubileo extraordinario de la misericordia en el 2016, diciendo: “Misericordia et misera son las dos palabras que San Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adultera (Jn 8, 1-11). No podía encontrar una expresión más bella y coherente que esta para hacer comprender el misterio del amor de Dios cuando viene al encuentro del pecador: ´quedaron sólo ellos dos. La miserable y la misericordia´. Cuánta piedad y justicia divina hay en este episodio…”. Con esta imagen podemos ahondar y excavar en la misericordia de Dios que se nos da gratuitamente, no somos dueños de ser merecedores de algo tan sagrado, noble y cercano; Dios es generoso, porque quiere se nos da a si mismo gratuitamente cada vez que abrimos las puestas de nuestros corazones dejando las ventanas del alma abiertas de par en par para que Él se nos regale.

En la persona de Jesús, podemos acoger, resguardar y abrigar la misericordia.

Cada día podemos acercarnos a Jesús y desde Él a la misericordia que el Padre en su bondad nos regla por medio del Espíritu Santo.

Dios está presente en nuestras vidas concretas, en nuestras realidades, en nuestra humanidad.

Jesús, y todo lo que implica su persona es nuestro paso firme y decidido para ir al encuentro de la misericordia…

¡Vayamos confiados! ¡Vayamos seguros a su encuentro!

 

Carolina Lizárraga, SSpS.