En tus manos me entrego, Señor, haz conmigo
lo que quieras. Me has hecho para Vos.
No quiero pensar más en mí mismo.
Quiero seguirte. ¿Qué quieres que haga?
Seguiré tu camino. Sea lo que sea
– dolor o alegría – lo quiero hacer.
Te ofrezco los deseos, las debilidades,
los planes que me apartan de Vos y me
inclinan sobre mí mismo.
Señor, Tú has sido admirable conmigo,
durante toda la vida.
En adelante no me abandonarás.
Lo sé, aunque no tengo derecho ninguno ante Vos.
No me dejes seguir mi camino sin pensar en Vos.
Haz que todo lo examine ante Vos, que busque
tu voluntad en cada decisión y tu bendición en cada acción.
Como el reloj de sol actúa por el sol, así quiero
yo moverme por Vos, si Vos querés llevarme y guiarme.
A Vos me entrego totalmente.
Amén
Beato John Henry Newman
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo…
El viene en su Palabra, en su Espíritu que nos da la fe, en los sacramentos de la Iglesia, en…
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a…
Hay que reconocer que detrás de la propia vida y detrás de la propia misión hay un llamado de Dios…
Levanto los ojos de mi alma, el tiempo de la Salvación está cerca. La esperanza encuentra sitio en mi vida…