Señor, te entrego mi miedo, conviértelo en confianza.
Señor, te entrego mi culpa, conviértela en libertad interior.
Señor, te entrego mi frustración, conviértela en paciencia.
Señor, te necesito. Solo eso sé. Mi debilidad necesita de tu fortaleza, mi cansancio de tu ánimo, mi miedo de tu confianza, mi huida de tu encuentro, mi dureza de tu ternura, mi exigencia de tu humanidad, mi mirada acusadora de tu misericordia, mi ser solo se colma en tu Presencia, mi corazón solo está en paz si Tú lo habitas, mis ojos solo son ven si eres Tú el que mira, mis manos trabajan ligeras y alegres si eres Tú quien me anima y por dentro me fortalece.
Padre, habita en tu hija, no me dejes vivir sin tu Santo Espíritu porque no es vida para mí. Solo vivo si te tengo dentro. Jesús, ábrete paso, llega hasta mí, libérame de las cadenas que sola me impongo, sáname cuando el miedo me enferma la posibilidad de esperar con confianza.
Jesús, tú eres mi principio, mi fin, mi fundamento. Que todo en mí sea para tu mayor gloria. Que te gloríes también en mi debilidad porque donde yo no puedo puedes Tú. Confío y espero en Ti.