Me esperas amándome, miras mis pasos a veces con ternura, otras con dolor, te duelen mis heridas
Estás a la puerta, me ves venir, confías en mí, perdonas mis errores, me invitas a vivir
No me pides cuentas, no me exiges lo que no puedo, no te avergüenzas de mí, sino todo lo contrario, festejas mis pasos aún los más tambaleantes, ves mi capacidad, amas mi posibilidad
Me esperas sin desesperar, sabes que voy en camino, que busco constantemente tu voluntad
Ves el fondo de mi corazón, sabes que no quiero otra cosa que tu querer aunque a veces me confunda, aunque de a ratos huya
Incluso cuando nada veo, Tú me ves ir, me ves en camino, me ves llegando, ejerciendo mi libertad, aprendiendo a amar, a amarme, a amarte
Y festejás en silencio nuestro acercamiento y es tu gozo como una brisa suave que me llega de muy lejos y pacífica mis turbulencias, me despabila con dulzura de mis somnolencias y es tu amor caricia en mis heridas y mano tendida en mis caídas
Me esperas amando, me amas esperando, y encarnándolo Tú me enseñas a mí de qué va la cosa, en qué consiste el Misterio, cómo se ama y cómo se espera
en fecunda libertad.