Florecer en medio de mi jardín.
Es que no necesito más,
no hay momento ideal,
no puedo esperar el lugar perfecto,
el entorno soñado.
Es que Dios me puso en este jardín,
acá me soñó,
me sembró,
me pensó, y hoy
estoy invitada amablemente a florecer.
Amando mi circunstancia,
cargando mi cruz,
superando la sequía de esta Tierra.
Estoy llamada a florecer,
crecer en amor,
aprender del perdón,
comprender de la tolerancia,
madurar en la fe.
Hoy, en esta primavera, en mi jardín, quiero florecer.