Florecer en medio de mi jardín.
Es que no necesito más,
no hay momento ideal,
no puedo esperar el lugar perfecto,
el entorno soñado.
Es que Dios me puso en este jardín,
acá me soñó,
me sembró,
me pensó, y hoy
estoy invitada amablemente a florecer.
Amando mi circunstancia,
cargando mi cruz,
superando la sequía de esta Tierra.
Estoy llamada a florecer,
crecer en amor,
aprender del perdón,
comprender de la tolerancia,
madurar en la fe.
Hoy, en esta primavera, en mi jardín, quiero florecer.
Y decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma…
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: “Crucemos a la otra orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron…
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces…
Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro…