Según el significado de amor que adoptemos, nos condenaremos o nos liberaremos. El un mundo tan superficial e individualista, el amor tiene necesidad de ser interpretado. Su esencia nos hace rozar nuestra propia verdad y la del otro. Ver al otro enlazado a Dios, nos permite encontrar una sencilla certeza: el otro es mi hermano. Porque la razón iluminada por la gracia del amor, nos derriba los obstáculos que nos impiden caminar, salir hacia el encuentro. Gracias al amor, descubrimos la necesidad de ser para el otro, de salir de nuestro egoísmo, rompiéndolo. Podemos ver a la persona ya transformada, con los ojos de Dios, con esperanza de conversión. El amor permite que nos comprendamos como colaboradores en la viña del Señor, colaboradores en su reino, en la santificación y divinización de lo humano y mundano. El amor siempre abre una senda de novedad, verdad y belleza que nos hace capaces de dejar huella.