¡Qué alegría gustar esta libertad! Me siento inmensamente agradecida por este andar con las manos abiertas, dándome de lleno, sin guardarme nada, sin mezquinar lo que soy.
Estas manos abiertas no buscan retener, poseer, imponer sino que acogen lo que es.
Qué inmenso don es el darse en libertad y también con la misma libertad saber cuidarse.
Es un arte el querer bien y yo se lo debo a mi Maestro que con su amarme me enseñó a amar de lleno.
Siento una inmensa paz por seguir a este corazón habitado por Vos que marca el ritmo y el camino. Confío y camino.