Irse de retiro es un estado interior, es disponerse a estar en una Presencia, es decidirse a caminar despacio abrir los ojos y contemplar la Vida.
Irse de retiro es Encontrarse con Dios y estar. Es frenar y decidir cómo hemos de usar el tiempo y la vida.
Irse de retiro es regalarse tiempo para ordenar y limpiar “la casa”, para hacer del corazón un lugar habitable.
Irse de retiro es saber cuidarse. Cuidarnos es sabernos vulnerables sabernos vulnerables es reconocernos necesitados de Dios, es palpar el corazón vacío cuando falta en él la Presencia de quién lo colma y lo desborda.
Para irse de retiro no hace falta irse sino simplemente decidirse a Estar.