Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan! Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Te invito a rezar con el Evangelio del día de hoy jueves 2 de Marzo en esta primera semana de Cuaresma. Me gusta vivir la Cuaresma y animar a vivir la Cuaresma como un camino, como un tiempo de conversión, como un tiempo. Hago el énfasis en el proceso.
Es curioso que se nos ofrezca un camino. La conversión no ocurre de un momento a otro sino que exige un camino, exige un proceso, exige un tiempo. Durante el mismo, hoy el Evangelio nos da una pista para vivir ese proceso, ese camino. Es una pista interesante, constructiva sobre el modo en que podemos vivirlo en relación con Jesús.
Las palabras de Jesús hoy se nos animan a pedir, a animarnos a pedir, a animarnos a poner en su corazón nuestras necesidades, nuestras inquietudes. La conversión no es un camino que se hace a fuerza de voluntad simplemente, sino que también se hace en la relación, en la amistad con Jesús. Él es el primero que quiere nuestra conversión. Él es el compañero de este camino. Él también nos espera en el triunfo final de la Pascua.
Te deseo de corazón que Dios te bendiga y que la Virgen María te cubra con su mano.