Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme.» Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.» Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?» «Ven y verás», le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez.» «¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.» Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús continuó: «Porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”, crees . Verás cosas más grandes todavía.» Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Hola, soy el Padre Juan, de Schoenstatt, y te invito a rezar con el evangelio del día de hoy, jueves 5 de Enero.
Pasada ya la octava de navidad, pasado ya el tiempo para celebrar en grande la navidad, en estos días la liturgia nos regala evangelios que nos muestran distintos llamados. Hoy, el llamado se hace a la persona de Natanael, y de alguna manera en Natanael nos vemos nosotros, o rasgos que probablemente tengamos cada uno de nosotros.
Vemos en Natanael un hombre estudioso, preparado, un israelita de pura cepa, podríamos decir que esperaba el encuentro con el mesías, que esperaba el salvador.
Entre líneas podemos leer en aquel reconocimiento que le hace Jesús, en aquel recuerdo que hace Jesús, del tiempo que estuvo debajo de la higuera, a este pasado de Natanael, de abajo de la higuera. ¿Que hacía probablemente debajo de la higuera? Probablemente estudiaba la Ley, probablemente debajo de la higuera estudiaba los profetas, probablemente debajo de la higuera se iba preparando para descubrir al salvador.
Sin embargo la llegada de Jesús rompe todos los planes, rompe todos los esquemas, en cierto modo, la llegada de Jesús “no calza con lo que nos imaginamos”.
Jesús va más allá, Jesús rompe, supera nuestros afanes de control, la idea de que nosotros ya lo sabemos todos. Por eso este primer rechazo esta primera inquietud de Natanael: ¿puede de Nazaret salir algo bueno?
Y esa era la pregunta natural, la pregunta obvia de los estudiosos de la Ley y los Profetas, no había ningún signo para creer que de Nazaret pudiera salir algo bueno.
Sin embargo, efectivamente en Nazaret sale lo mejor, ¡no simplemente algo bueno, sino que sale lo mejor!
Que solo se puede recibir cuando logramos salir de nuestros esquemas mentales, de nuestros afanes de control, incluso de nuestro cristianismo a veces demasiado ilustrado pero tan poco humano, tan poco sensible, tan poco atento para recibir al Señor.
Que la figura de Natanael y su encuentro con Jesús nos anime, nos ayude a estar abiertos a su presencia, a su venida.
Que la figura de Natanael, al contemplar este evangelio, también nos anime a ir al encuentro.
¡Se lo pedimos a Dios! Que El nos bendiga, que El sople, nos regale su espíritu y que una vez más, la virgencita los cubra con su manto.