Jueves 05 de Junio del 2019 – Evangelio según San Juan 17,20-26

miércoles, 5 de junio de
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Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo: “Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.

Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.

Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste.

Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos”.

Palabra de Dios

 


P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de la Nueva Orán

 

Una vez escuche una frase que decía “amar a una persona es orar por ella”. Y tiene mucha razón porque cuando ama alguien lo tiene bien presente en el corazón y desea el bien para ella, y una de las mejores cosas que podemos hacer por los que amamos es orar siempre por ellas para que Dios los cuide.

Y precisamente una vez más vemos en la Palabra de Dios que Jesús realmente nos ama, pues oró por nosotros, ora por nosotros. Eso es lo que tuvimos escuchando en el Evangelio estos días, la oración sacerdotal de Jesús, la oración que hizo por todos nosotros. Incluso y aunque no lo creas, oró por vos y por mí. Eso es lo que escuchamos hoy “ ruego por los que, gracias a su palabra creerán en mí”. Estamos presente en el corazón grande Jesús y de ahí nadie nos saca, porque realmente somos amados por Él.

Jesús ora por nosotros, Jesús pide por nosotros. Saber esto da mucha más confianza y fuerzas en la vida. Nos da más ánimos para seguir en el camino de la fe y la caridad.

Sabiendo de este amor real que recibimos de Jesús y que reza por nosotros. Nosotros no nos podemos quedar callados o encerrados siendo unos egoístas. Todo esto debe hacer que salgamos de nosotros mismos y compartamos el amor de Jesús.

Que bien se siente saber que alguien reza por nosotros. Que bien se siente saber que Jesús ora por nosotros.

Nosotros ¿Por quién rezamos? ¿Rezamos por los demás?. Estaría muy lindo empezar a amar más desde la oración como Jesús. Hoy hagamos un momento de oración donde podamos orar por los nuestros y especialmente por los que necesitan de Jesús . Empecemos amar desde la oración como Jesús.