Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?”. “Sí”, le respondieron.
Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”. Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.
En la medida que transitamos en el Camino de Dios, en el Camino del Discipulado nos vamos dando cuenta de muchas cosas. Mientras más caminamos y conocemos las cosas de Dios nos vamos conociendo a nosotros mismos y la verdad de las cosas. Es por ello que nos damos cuenta que hay cosas lindas pero que también hay cosas que no van, que no ayudan, que nos distraen y que necesariamente tenemos que descartar en la vida y quedarnos realmente con lo bueno, con lo que nos hace bien.
En el proceso de crecimiento tenemos que poner todo de nuestra parte y realmente proponernos a ser mejores para jugarnos por el proyecto de Dios. Dios soñó y sueña muchas cosas lindas para nosotros. Quiere que su proyecto se realice y se cumpla. No nos olvidemos que cuando en el Evangelio escuchemos sobre el Reino de Dios, nos habla de él proyecto, del sueño de Dios para nosotros, para toda la humanidad.
El Reino de Dios es algo que realmente nos hará muy bien y felices. Vale la pena jugarnos por el proyecto de Dios. Por eso para llegar a ello no tengamos miedo a cambiar , a descartar todo aquello que no nos ayuda y no nos hace bien. Si no ayuda, dejémoslo de lado.
¿Qué tengo que cambiar para llegar a lo que Dios quiere? ¿Qué tengo que descartar en mi vida para poder crecer bien y fluir? ¿Qué me impide llegar a lo que deseo? No tengas miedo de dejar de lado muchas cosas que no te ayudan y empeza ser feliz como Dios lo quiere!!! Como dice la canción de vida en abundancia “la fiesta del reino comienza acá”.
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