Jueves 14 de Enero de 2021 – Evangelio según San Marcos 1,40-45

lunes, 11 de enero de
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Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: “Si quieres, puedes purificarme”. Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: “No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio”. Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.

 

 

Palabra de Dios

Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán

 

Hace días se terminó el tiempo de Navidad y comenzamos, dentro de lo que en el año litúrgico llamamos, el tiempo ordinario. El tiempo ordinario se caracteriza en leer y meditar del Evangelio el ministerio público de Jesús, conocer un aspecto muy importante de la vida diaria de él. Este tiempo nos ayuda a conocer más de fondo a Jesús: sus gestos, miradas, palabras, enseñanzas, milagros, amigos, etc…

Este tiempo de verdad que es muy lindo porque nos ayuda a reconocer que Dios está mucho más cerca de lo que nos imaginamos, Dios está en las cosas ordinarias, Jesús está en las cosas nuestras de todos los días.

Estamos invitados a conocerlo y acercarnos a Jesús. Y que el acercarse a él podamos experimentar en nuestro corazón su ternura, sus gestos, su sanación. Cómo vemos en el evangelio de hoy, el leproso, al saber que Jesús estaba cerca, no dudo en ir hacia él para pedirle sanación: “Señor, si quieres puedes purificarme”. Jesús conmovido extendió su mano, lo toco y le dijo “lo quiero, queda purificado”. Nos cuenta el evangelio, también, que acudían a Jesús de muchas partes.

Este tiempo nos ayudará a conocer más de fondo a Jesús, tiene que ayudarnos a conocerlo más y más. Pidamos la gracia que este tiempo ordinario podamos reconocer a Dios cerca nuestro en nuestras vidas diarias. Y que al reconocerlo acudamos a él con confianza y experimentemos en nuestras vidas el ser sanados y escuchados por él.