Jueves 14 de Febrero del 2019 – Evangelio según San Marcos 7,24-30

miércoles, 13 de febrero de
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En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Ponganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa.” Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quedense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les den, curen a los enfermos que haya, y digan: “Está cerca de ustedes el reino de Dios.”»

Palabra de Dios


Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la nueva Orán

 

Nuevamente la Providencia de Dios nos regala la posibilidad de meditar en este día la Misión que Jesús les encarga a sus discípulos. Es como que Jesús nos quiere ver siempre activos , nos quiere ver siempre en movimiento. La pasión y el amor de Jesús por nosotros es muy grande. Y nosotros como sus discípulos no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Tenemos que salir siempre porque su amor es lo que nos impulsa.

Queridos Chicos, queridas comunidades, a los que se toman la misión en serio: Gracias por realizar con mucha entrega lo que Dios quiere. Gracias de corazón por mostrar la acción de Dios en tantas personas que lo necesitan. Gracias por llevar el amor, la sanación y la alegría de Dios a los más necesitados. Ustedes están actualizando la Palabra de Dios que escuchamos hoy. Gracias por mostrar que el querer y el actuar de Dios sigue vigente y está más actualizado que nunca. ¿ Somos pocos? Oremos para que sean muchos más los obreros del Señor.

Que lindo es poder cumplir con el envió que Dios nos hace a todos. Que lindo saber que no llevando nada por el camino experimentamos en carne propia que Dios no nos abandona y se hace presente con su Providencia. Que lindo poder ser instrumentos para que muchos se conviertan y se acerquen a Dios. Que lindo saber que con los gestos y acciones expulsamos al mal. Que lindo experimentar y ver como muchas personas se sanan gracias a la acción de Dios y la cercanía de los misioneros.

Hoy recemos mucho por los misioneros. Recemos por todas las personas y comunidades que incansablemente llevan la presencia de Dios en los lugares más difíciles y necesitados. Recemos también para que Dios nos envíe más vocaciones como nos pide en el Evangelio.