Dijo el Señor: «¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.» Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.
Hoy el texto del evangelio, que es de Lucas, el Señor hablando con fariseos y doctores de ese momento, les dice que se les va a pedir cuenta ¡a toda esa generación. De todo lo que está ocurriendo, también de todo lo malo que está ocurriendo también. Les hace pensar como generación, ya no tanto personalmente, ni solamente comunitariamente, más allá, generacionalmente.
Yo pensaba ¿de qué cosas se nos puede pedir, o Dios no va a pedir cuenta? Y se me ocurrían muchas cosas como generación no cuidamos. Por ejemplo: El cuidado de la casa común. La ecología ¿Cuántas cosas vamos desperdiciando, maltratando y no tomamos conciencia de eso, seguramente que se nos va a pedir cuentas de eso. A veces, ¿pienso solamente en mi entorno, y en mi alrededor? Y bien “bueno”, voy cuidando también eso. Pero como “Generación” ¿cuánto pedimos perdón por los desastres que, como generación, vamos provocando? Determinadas guerras, también entre unos países y otros.
El cuidado fraterno de nuestros hermanos también, generacionalmente, esto de, “el descarte de los otros” que internacionalmente vamos provocando como generación. Seguramente que también se nos va a pedir cuenta de eso. ¿Cuánto pongo de mi corazón, de mi caridad, de mi fraternidad para con todo esto? Rezalo también.
Siempre estamos muy “metiditos” en lo nuestro, ¡no está mal! Estamos metiditos y ahí, con lo que tengo cercano y los cristianos tenemos que ampliar. Permanentemente nuestra mirada y no solamente acusar estas cosas, sino también denunciarlas y poner manos a la obra, para que generacionalmente vayamos solucionando algunos problemas que les va a tocar a otras generaciones posteriores a nosotros y que seguramente las van a sufrir, como ya hay algunas, algunos que también la sufren hoy.
Los invito a reflexionar esto, Jesús les dice aquellos que se le va a pedir cuenta de todos los horrores que van cometiendo. Rezamos por esto, lo reflexionamos, lo acusamos, lo denunciamos, ponemos manos a la obra para poder cambiar algunas cosas y esto de, esta muletilla cristiana de: “crear un mundo mejor, un mundo de paz, un mundo donde Dios habita y donde nosotros lo habitemos ,”Digna y saludablemente” Bueno, a ver si hoy le dedicamos a pensar y a rezar esto
Un abrazo a todos y La bendición de Dios, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.