Jueves 16 de Noviembre de 2023 – Evangelio según San Lucas 17,20-25

viernes, 10 de noviembre de
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Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente,y no se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’. Porque el Reino de Dios está entre ustedes”.
Jesús dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán.Les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’, pero no corran a buscarlo.Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.”

Palabra de Dios

Padre Sebastián Zagari | Sacerdote de la Diócesis de Avellaneda-Lanús

En el evangelio de hoy los fariseos le hacen a Jesús una pregunta que estaba un poco en el ambiente en ese momento: ¿cuándo va a llegar el reino de Dios? Hacía ya tiempo que Jesús venía predicando, hablando del reino, haciendo signos que manifestaban la presencia del reino. Jesús ya estaba por llegar a Jerusalén, que era la meta del camino, y entonces muchos, también los discípulos, se preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, como esperando saber el momento justo, el tiempo justo, donde el reino, de repente, de manera extraordinaria, iba a aparecer.

Esta es una pregunta que, por otro lado, sigue apareciendo y repitiéndose siempre. Creo que todos nosotros podemos haber escuchado, haber conocido, tantas veces que se viralizan estos mensajes de supuestas visiones o apariciones que hablan de signos que están dándose ahora y que anuncian que pronto va a pasar algo extraordinario. En el fondo es más de lo mismo, habla de esta inquietud por conocer el tiempo y el lugar donde va a pasar algo fuera de lo común, algo espectacular, algo extraordinario.

Y la respuesta de Jesús nos ayuda a ubicarnos. Lo primero es saber que el último día, el día de la vuelta gloriosa del Señor, nadie conoce el día ni la hora: muchas veces Jesús esto lo ha repetido. Sólo el Padre lo conoce. Esto hace barrer de entrada toda especulación, toda inquietud, y también tanto pseudo-mensajes que a veces se viralizan por todas partes. Jesús dice: “Les van a decir ‘está acá´ o ‘está allá´, ‘es ahora´ o ‘es dentro de poco´, pero no corran detrás de eso”.

Pero, por otro lado, hay algo muy importante en la respuesta de Jesús: “El reino de Dios no viene ostensiblemente y no se podrá decir ‘está aquí´ o ‘está allí´, porque el reino de Dios está entre ustedes”. Y eso es lo que Jesús nos invita a poder nosotros descubrir. Jesús nos invita a tener una mirada del corazón atenta, una mirada de fe atenta, que sepa descubrir esa presencia humilde, cotidiana, sencilla del Reino porque, en el fondo, el reino de Dios no se hace presente de manera espectacular. Sino que ya se hace presente ahí donde alguien elige vivir en el espíritu del Evangelio de Jesús, donde alguien da testimonio de las bienaventuranzas, donde alguien elige vivir de acuerdo aquello que es lo más importante de todo según la enseñanza de Jesús – que es el amor a Dios y al prójimo -, donde alguien se anima a gestos concretos de misericordia, donde se da un perdón sincero que brota del corazón: ahí se hace presente el reino. Y esto pasa muchas veces alrededor nuestro pero de manera silenciosa, de manera oculta, de manera escondida, y por eso se necesita mirada de fe para poder descubrirlo.

El reino de Dios está entre nosotros. Hoy le podemos pedir a Jesús que nos dé esa capacidad de descubrirlo, de percibirlo, de reconocerlo, porque eso nos va a llenar de gozo el corazón y también nos va a contagiar a nosotros para hacer presente ese reino. Hoy en algunos lugares se celebra la Virgen como Madre de Misericordia Qué lindo pensar esto: cuando nos animamos a recorrer el camino de la misericordia, ahí estamos haciendo presente el reino; cuando hacemos presente con el modo de vivir, de vincularnos, de caminar juntos, una cultura de la misericordia, ahí se hace presente el reino. En el fondo eso es lo que Jesús hoy nos invita a mirar. Pidámosle poder verlo, poder descubrirlo, pero también poder vivirlo y hacerlo presente, porque el reino de Dios está entre nosotros.