Jesús dijo a sus discípulos: “El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Después dijo a todos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?
Queridos chicos y chicas, este jueves nos encuentra ya comenzada la Cuaresma. Ayer celebramos el miércoles de ceniza, y estos días se llamarán “después de cenizas”.
El evangelio es de Lucas y dice “el que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida”.
Los invito hoy en este tiempo de propuesta, de penitencia y de fuerte oración a descubrir qué cosas son las que arruinan mi vida, cuáles mi camino de fe y qué cosas arruinan mi crecimiento. ¿Por qué es importante? Porque es a esto a lo que tengo que renunciar. Descubrir, pensar, rezar para tratar de sanar aquello que arruina mi vida. Y ofrecerlo a Jesús. Ahí ponerlo en su presencia y entonces sí decírselo a Jesús “Señor, dame luz y enseñame a renunciar a esto”.
Seguramente será un lindo camino de cuaresma descubrir esto e intentarlo cada día. ¡Que tengan una feliz cuaresma!
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