Jesús tomó la palabra y dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.”
Sólo en Jesús descansa nuestra alma, sólo en Jesús encontramos alivio y fortaleza. Hoy Jesús nos invita a que vayamos a Él para descansar de todos nuestros pesares, nos invita a que vayamos a él para aliviarnos de tantos sufrimientos que tenemos.
Por eso si estamos cansados, si ya no damos más con todo vayamos a Jesús. El nos recibirá y nos dará un abrazo que nos devolverá la vida. En Jesús sentiremos paz, esa paz que sólo la da Jesús. Volveremos a confiar y poner todo en las manos de Dios.
¿Cómo te sentís hoy? ¿Cómo esta tu vida y tu corazón? ¿Te sentís turbado? ¿Estas cansado y agobiado? Andá a Jesús y encontrarás lo que tu alma necesita, alivio, descanso, paz. Hoy Jesús nos dice “vengan a mi todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviare”. Recibamos con mucho gusto la invitación y vayamos hacia Él.
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