Jueves 19 de Enero de 2023 – Evangelio según San Marcos 3,7-12

lunes, 16 de enero de
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Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

 

Palabra de Dios

Padre Juani Molina | Sacerdote de Schoenstatt

 

Vamos avanzando en el evangelio según San Marco. Hoy se nos regala un pasaje en el que Jesús va adquiriendo cada vez más y más reconocimiento. Podemos contemplar esta imagen con un esfuerzo de la imaginación, de la fantasía, a partir de lo que el mismo texto nos dice.

Ahí lo vemos a Jesús recibiendo gente de todos lados, recibiendo gente que si uno pudiera ubicar en el mapa las distintas ciudades, las distintas localidades que se nombran, podríamos ver que son de lugares opuestos, realmente de todas las direcciones. Jesús en medio de esta multitud. Jesús en medio de esta amplitud.

Y con éstas dos reflexiones que vienen a mi corazón. Por un lado poder reconocer a un Dios que es para todos, un Dios que quiere regalar la salvación, que quiere regalar la sanación a todos. En segundo lugar también el poder valorar esta presencia de Jesús.

Entre la multitud de este verano, de estas vacaciones, con quienes quizás estás compartiendo tu día a día o que quizás te cruces: en la playa, en las montañas, en la ciudad. Ahí donde te toque estar, entre medio de esa multitud, está Jesús sanando, salvando.

Pidámosle a la virgencita que nos regale la apertura de corazón, para poder descubrir, para poder discernir la presencia de Dios en medio de esta multitud de la que estamos.

De corazón les deseo que Dios los bendiga y que la virgencita los cubra con su manto.