Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: “¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”.
Cuando uno llora por algo o por alguien significa que los sentimientos que pasan por el corazón son muy fuertes. Y en el Evangelio de este día vemos esa actitud de Jesús frente a Jerusalén, al ver a la ciudad “llora”.
¿Y por qué uno puede llorar? A veces uno llora por felicidad, por haber encontrado a alguien después de tanto tiempo, por haber alcanzado algo después de tanto esfuerzo; oh a veces uno llora por las despedidas o separaciones, por desilusiones o tristeza. Sea como sea son sentimientos fuertes que pasan por el corazón y que son de altísima importancia para uno.
Como decíamos, en el Evangelio de hoy vemos que Jesús llora. ¿y porque llora? El mismo lo dice: “Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz!… no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitado por Dios”. Porque Jesús llora cuando no se acepta su mensaje de paz y justicia, Jesús llora cuando no le escuchamos, cuando le ignoramos, cuando le somos indiferentes. Dios llora frente a su pueblo de corazón cerrado.
La verdad que es una pena muy grande cuando hacemos llorar a los que nos aman. Es cómo que, a ellos que constantemente nos muestran gestos de amor y de entrega, le decimos que no valen nada, que nos son importantes para nosotros. Y muchas veces cuando después de tanto tiempo lo queremos reconocer, ya es tarde y no podemos volver todo para atrás. Muchas veces no sabemos reconocer el tiempo, el momento, donde se nos dan las cosas, no sabemos reconocer lo momentos como únicos e importantes, no sabemos valorar ni vivir en plenitud el presente. “No has sabido reconocer el momento en que fuiste visitado por Dios”.
¿Vos valoras los gestos de cercanía y de amor hacia tu persona? ¿Haces sufrir y llorar a los que te aman y dan tanto por ti? ¿Te esforzas por escuchar el mensaje de paz que Dios tiene para tu vida? ¿Reconoces que muchas veces fuiste visitado por Dios? ¿Cómo puedo hacer para valorar lo bueno que me rodea en el momento justo, para después no lamentarme antes de perderlos?
Jesús quiere que nos convirtamos, Jesús quiere que no hagamos llorar a los que nos aman. Esa gracia se la vamos a pedir a Jesús en éste día, la gracia de reconocer, en el momento justo, el amor que se nos da.
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