Jesús dijo a sus discípulos: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.
Te invito a rezar con el Evangelio del día de hoy jueves 20 de octubre. Escuchamos con sorpresa afirmaciones muy duras de Jesús. Son afirmaciones que si no se entienden bien parecen contradictorias con la prédica habitual de Jesús.
De algún modo estamos llegando a la etapa final del año litúrgico y se van haciendo cada vez más habitual este tipo de relatos en los que Jesús llama a tomar una posición. Jesús nos desafía a romper con el status quo, con la indiferencia, con la pasividad. Jesús llama a asumir responsabilidades y a jugársela.
Dejemos que Jesús nos desafíe, nos pinche, nos interpele a tomar una decisión. Es un momento en que hay que decidirse. Hay que hacer opciones y hay que definir de qué lado queremos estar.
Pidamos en este día que el Señor nos regale su luz para poner en primer lugar el seguimiento a él por encima de la comodidad, de la seguridad, por encima de todo bien mundano para que solamente busquemos estar con él. Que Dios los bendiga y que la virgencita los cubra con su manto.