Jueves 22 de Abril de 2021 – Evangelio según San Juan 6,44-51

miércoles, 21 de abril de
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Jesús dijo a la gente: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.

 

Palabra de Dios

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud Argentina

 

El evangelio de Juan nos trae palabras verdaderas de Jesús y nos dice que: “Yo soy el pan de vida”. Jesús es nuestro pan que nos da la vida, nuestro alimento que nos da la vida.

“Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que come de este pan vivirá eternamente y el pan que yo les daré es mi carme para la vida del mundo”.

¡Jesús mi pan! ¡Jesús mi alimento! ¿Cuánto pienso en mi alimento corporal, en el alimento diario que tengo que recibir, tengo en cuenta que Jesús también quiere alimentarme? Que Jesús se da a mi vida espiritual y material como ese pan que da la vida eterna

¿De qué me alimento? ¿Cómo me alimento de Jesús? ¡Puedo alimentarme en la eucaristía! ¡Puedo alimentarme con los sacramentos! ¡Puedo alimentarme con su palabra! ¡Puedo alimentarme también en la oración, donde Él, alimenta personalmente mi corazón y en la comunidad también!

Le propongo que no pasemos este día sin dedicar un ratito a comer, a alimentarnos bien. Quizás un momentito con la palabra, quizás es momento de oración. Quizás si voy a ir a misa, voy a alimentarme con la eucaristía o con una reconciliación que me esté haciendo falta, pero no que pase este día sin que reciba el alimento de Jesús. Un momento de oración donde le diga al Señor que es nuestro pan de vida, que se me de como alimento.

¡Un abrazo, que Dios los bendiga!