Jesús dijo a sus discípulos: “No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?’.
Entonces yo les manifestaré: ‘Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal’.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande”.
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza, porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
En estos día hemos escuchado en el Evangelio el discurso de Jesús llamado el Sermón de la montaña y que comprende los capítulos V, VI y VII del Evangelio de Mateo. Por eso para comprender mejor lo que escuchamos hoy del Evangelio estaría muy bueno que nos tomemos un tiempo en este día para leer y meditar de corrido el discurso de Jesús “El Sermon de la montaña”.
En este discurso magistral de Jesús vamos a encontrar enseñanzas y verdades muy profundas sobre nosotros y la vida. Palabras de Jesús para ser felices, para crecer, para cuidarnos, para cumplir su mandamiento del amor, para no engañar y ser fieles, para llevar luz en la oscuridad, para ser sinceros, para orar bien. En este discurso encontramos como Jesús nos enseñó la oración maravillosa del Padre Nuestro se acuerdan? Jesús nos enseña sobre la confianza que debemos tener Dios.
Del Sermón de la Montaña ¿Qué enseñanza de Jesús me gustó más? ¿Qué Palabra ilumina mi situación de vida actual? ¿Que pasaría si yo cumplo con todo lo que Jesús nos enseña? ¿Cómo sería nuestro mundo si todos seguimos las enseñanzas de Jesús? ¿Cómo puedo hacer yo para poder practicarla y compartirla con los demás?
Muchas cosas lindas y edificantes encontramos en los capítulos V, VI y VII del Evangelio de Mateo en el Sermón de la Montaña de Jesús. Es por ello que te invito a que lo releas y medites. Que puedas subrayar y memorizar en tu corazón aquella parte del discurso que más te gustó o que más toca en tu corazón. Haciendo este ejercicio de seguro que podemos cumplir con lo que nos dice Jesús hoy en el Evangelio, de escucharlo y de poner en práctica sus palabras, de edificar nuestra casa sobre roca. Para que nuestras vidas estén fundadas en Jesús nuestra roca firme.
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