Jueves 29 de Octubre del 2020 – Evangelio según San Lucas 13,31-35

martes, 27 de octubre de
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En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: “Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte”.

El les respondió: “Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”.

 

 

Palabra de Dios

 

Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán

 

Dios lo único que quiere es cuidarnos, protegernos, amarnos. Es lo que nos expresa Jesús en el Evangelio de hoy cuando dice “Cuantas veces he querido reunirlos como la gallina a sus pollitos debajo de las alas”. Y lo que vemos es que nada ni nadie va a impedirlo. Jesús a pesar de las amenazas que recibió para renunciar a su misión, sigue firme y convencido. Dios nunca nos va a dejar de querer, él siempre está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias con tal de completar su obra, de llegar a lo que quiere: que su amor llegue al corazón de cada uno. Su amor no nos va a abandonar. La escena de no abandonar frente a la amenaza es un claro ejemplo de la convicción y la firmeza de la misión de Jesús. ¿Vos que hubiera hecho en su lugar? ¿Abandonarías tu misión?

A propósito de ese ejemplo de las gallinas y sus pollitos Santa Teresita tiene un testimonio muy lindo. Teresita un día también había contemplado detenidamente cómo una gallina blanca estaba cuidando bajo sus alas a dos de sus pollitos. Emocionada sobre ese hecho dijo: Al ver esa imagen “he llorado al pensar que Dios escogió esa comparación para hacernos creer en su ternura. ¡Eso es lo que ha hecho conmigo durante toda mi vida! ¡me ha escondido totalmente bajo sus alas…!”.

¿Soy consciente de que el amor de Dios nunca me abandonara? ¿En tu vida te das cuenta de todos los cuidados que te da Dios? Teresita nos dice que Jesús escogió esa comparación para hacernos creer en su ternura. La ternura, la entrega y el amor que Jesús nos da y que nada puede impedir que se realice. Hoy le pidamos la gracia a Jesús de abrir nuestro corazón y dejar que su ternura cubra toda nuestra vida.