Jueves 4 de Julio del 2019 – Evangelio según San Mateo 9,1-8

miércoles, 3 de julio de
image_pdfimage_print

Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad.

Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados”.

Algunos escribas pensaron: “Este hombre blasfema”.

Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o ‘Levántate y camina’?

Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.

El se levantó y se fue a su casa.

Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

 

Palabra de Dios

 


P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la nueva Orán

 

Que hermoso saber que a través de nosotros muchos se pueden salvar, a través de nosotros muchos pueden tener alivio y sanación.

En el Evangelio de hoy si bien Jesús sana a un paralítico, quería remarcar el gran gesto de las personas que hicieron posible que este enfermo paralizado se encuentre con Jesús para ser salvada. Imagínense toda la preocupación de estas personas que querían que su ser querido este bien que no dudaron en cargarlo y llevarlo a Jesús. Por la fe de esas personas Jesús interviene. Que lindo gesto de amor y dedicación. El esfuerzo de varios por una causa de bien siempre tiene muy buenos resultados.

Es por eso que entre nosotros si nos preocupamos y nos organizamos para ayudar al que lo necesita, seguro lo vamos a poder lograr. Miren alrededor nuestro y verán que hay muchas personas paralizadas en sus vidas, y que necesitan de nosotros para salir adelante.

Por eso el Evangelio de hoy nos ayude y nos de ánimo para seguir ayudando a los demás. Y está muy bien si llevamos a las personas hacia Jesús, se salvarán. Confiemos en el gran poder que tenemos para ayudar a los demás, confiemos entre nosotros y nos organicemos para sacar adelante a muchas personas que nos necesitan.

Hoy ¿A quién puedo ayudar? ¿Con quién me puedo reunir para ayudar a alguien? ¿A quién vamos a llevar a Jesús para que se sane?

Que lindo se siente ver cuando entre todos lo pudimos hacer. Juntos, si nos organizamos, podemos hacer milagros. Por eso en este día mírale la cara al que siempre trabaja contigo y decile que “juntos podemos lograrlo”. Y dale un gran abrazo. 

Saludos y abrazos a todos los que trabajan juntos en distintos ámbitos para ayudar a las personas. Y si hay alguien que no tiene experiencia de trabajo en conjunto le invito a que sume y nos se prive de vivir esa hermosa experiencia de trabajo en equipo. ¡Ánimo que podemos lograrlo!