Jueves 7 de Noviembre del 2019 – Evangelio según San Juán 2,1-12

miércoles, 6 de noviembre de
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“Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga».

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron.

El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el bu en vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Después de esto, descendió a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días”

 

 

Palabra de Dios


Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán

 

Hoy es el día de María, Madre de la Gracia! Es por eso que en este día meditamos el Evangelio conocido como “El Milagro de Jesús en las bodas de Cana”. ¿Cómo olvidarse de este gran momento para esos Esposos, esa Familia que se vio bendecida por la acción de Jesús? Y encima unos privilegiados por que fueron los Primeros en experimentar la “Gracia” de Jesús. ¿Pero cómo sucedió esto? Gracias a Mama María, Madre de la Gracia, que está siempre atenta a las necesidades de las personas. Pero una Madre que no mira solamente, sino que interviene concretamente. Porque así es Ella, Mamá María nunca se queda con los brazos cruzados ante nuestras necesidades, Ella interviene.

Por eso es muy lindo que en este día volvamos de nuevo a poner, también, nuestra confianza y nuestra vida a Mamá María. Seria lindo volver a ponernos en sus manos para experimentar y vivir su atención maternal. Hoy nos dirijamos a Mamá María y le pidamos que siempre intervenga en nuestras vidas, en nuestras familias, cuando nos falte lo más importante, la gracia y la bendición de Dios.