Jueves 9 de Enero del 2020 – Evangelio según San Marcos 6,45-52

miércoles, 8 de enero de
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Después que los cinco mil hombres se saciaron, en seguida, Jesús obligó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud.

Una vez que los despidió, se retiró a la montaña para orar.

Al caer la tarde, la barca estaba en medio del mar y él permanecía solo en tierra.

Al ver que remaban muy penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada fue hacia ellos caminando sobre el mar, e hizo como si pasara de largo.

Ellos, al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar,
porque todos lo habían visto y estaban sobresaltados. Pero él les habló enseguida y les dijo: “Tranquilícense, soy yo; no teman”.

Luego subió a la barca con ellos y el viento se calmó. Así llegaron al colmo de su estupor, porque no habían comprendido el milagro de los panes y su mente estaba enceguecida.

 

Palabra de Dios


Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Hoy escuchamos en el evangelio de Marcos, en capítulo en donde Jesús camina sobre las aguas. Inmediatamente después de la multiplicación de los panes, los discípulos en la barca, navegando en la tormenta.

Jesús que ve la fatiga de sus discípulos que navegan con viento contrario, va caminando hacia ellos, creo que esto es una hermosa imagen del tiempo actual.

Nosotros los discípulos caminamos en el viento contrario, caminamos contra la corriente, en un tiempo difícil, en un tiempo donde la paz pende de un hilo, donde la crisis económica, social existencial, moral y comunitaria nos pega fuerte, tantas veces parece que nos derrumba.

Que lindo que saber que Jesús ve nuestras fatigas y viene al encuentro de nosotros, Jesús viene a nuestro encuentro. Ojalá podamos descubrirlo en medio de la tormenta. Que tengas un hermoso día.