Jesús dijo a la gente: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.
En estos días estamos meditando el capítulo 6 del Evangelio de San Juan conocido como el discurso del Pan de Vida que es Jesús. Jesús nos dice que el es el Pan de Vida y que quien lo coma vivirá eternamente.
En nuestra vida de fe, en nuestra amistad y vinculo con Jesús la Eucaristía es esencial. Creo que la Eucaristía es lo más importante para nosotros porque realmente es ahí donde se da la unidad de amor con Dios. Es ahí donde recibimos la fuerzas, el alimento, la vida! Sin la Eucaristía no podemos vivir, sin ella no somos nada. Sin la Eucaristía todo es estéril, todo es en vano. Por eso muy importante que nosotros tengamos una fuerte devoción y amor hacia Jesús Eucaristía. Nuestra vida de Fe no se entiende sin una vida eucarística. Jesús se quedó en la Eucaristía por amor a nosotros, para alimentarnos, para estar siempre con nosotros.
Jesús es el Pan de Vida, es el alimento de amor. No tengamos miedo de ir hacia él, no le tengamos miedo y alimentémonos siempre de él.
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