Llegas con tu fuego

lunes, 3 de junio de

Fuego que quema y me mueve
me mueve a vos,
me mueve a buscarte,
a intentar encontrarte.

Me mueve a comprender(te),
a bancar(te),
a ser paciente…

Paciencia,
Bendita paciencia..

Cómo comprender esto,
que ni siquiera yo entiendo…
Cómo comprender,
de donde sale mansa paciencia,
de dónde sale esta comprensión.

Yo tan ansiosa,
comiéndome el mundo,
y caminando sin ver…
Hasta que aparecés.
Sin que me de cuenta,
llegaste,
y me empapaste
con tu inmensa luz.

Llegás para hacerme enfrentar conmigo,
con mis miedos,
mi tibieza,
con mis mambos,
mis límites..

Como si no bastara,
llegás para que vea
con los ojos del corazón,
para mostrarme lo lindo,
lo lindo de confiar,
de caminar juntos,
de andar a la par,
y de compartir la vida.

Con vos conocí a Jesús,
al Jesús que me enseña a amar,
a amar como Él..
Me enseña a ser paciente,
y a seguir buscando y escuchando a Dios…

Me enseña a bajar un cambio,
a bajarme del pony,
y dejar la vida,
nuestras vidas,
en sus manos,
dejarla a sus pies,
para que Jesús
haga y deshaga.

Caminando así,
vale la alegría,
caminando con Jesús,
caminando los tres,
no nos vamos a perder,
no nos vamos a vencer..

Y quizá hay que aprender…
a mirarlo más a Él,
y descentrar la vista de nosotros.

Y quizá hay que aprender,
de María,
a decir “que se haga en nosotros,
según Tu Palabra”.

Hágase en nosotros.
Confiamos en Vos,
Jesús.

Queremos aprender,
quiero aprender,
a amar
como amaste vos, Jesús.

Que tu ejemplo de amor,
sea el motor de mi vida…
Quiero amar de esa manera,
sin tibiezas,
sin peros..
y darme,
entregarme,
como vos, Jesús.