Los besos de mamá

lunes, 10 de agosto de
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En estos tiempos nos piden que nos cuidemos,
que no nos acerquemos, ni nos toquemos.
Nos toca no besar a quien tenemos.
Y es el beso de mamá el que más queremos.
Su beso del corazón proviene.
Ella nos besaría aunque nos contagiemos de Covid diecinueve.
Su beso a cualquier virus remueve,
no tiene reemplazo, no hay quien lo releve.
Ella lo da sin importar el día ni la hora,
sin importar que el virus tenga corona.

Cuando llegamos a casa nos recibe con un beso
al irnos, nos despide con un beso.
Su beso no tiene signo peso,
ella los da de gratis porque va más allá de eso.
El beso de mamá nos eleva al cielo,
nos hacen viajar al espacio.
Pone su sello de amor en cada beso en el cachete.
Mamá tiene ese don y su beso es unos de esos siete.
Algunos no la tendrán presente,
pero seguro un beso de mamá lo tienen grabado en la mente.
Al cerrar los ojos lo imaginan y lo sienten
porque el beso de mamá traspasa fronteras y cruza continentes.
Otros no la pueden visitar porque la circulación está limitada
pero nos manda su beso por videollamada.

Aunque sea tarde y mamá este cansada,
y aunque con la tecnología no esté familiarizada.
Los mensajes de texto los termina siempre diciendo “Te mando un beso hijo”.
“Los besos de mamá son mágicos, curan todas las heridas”, alguien dijo.
Por más que pasen los años, los besos de mamá los reelijo.
Ella siempre los dará por más que le pongan barbijo.
Que haya más besos y menos violencia, eso exijo.

 

Emiliano Aragón