Los habitaba la confianza (Contemplación Juan 21,1-14)

domingo, 20 de noviembre de
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Contemplación Juan 21, 1-14

Estaban sentados a la orilla del lado. Pedro dijo: voy a pescar. Sus compañeros decidieron acompañarlo. Después de mucho rato sin pescar se empezaron a desanimar. Estaban cansados de esperar. En la orilla un hombre les dijo: “tiren las redes a la derecha y pescarán”. Ellos confiaron y así lo hicieron. Pescaron tantos peces que les costaba sacar la red. Juan reconoció a Jesús y dijo: “Es el Señor”. Pedro en un impulso de emoción se tiró al agua y fue hacia donde estaba el Señor.

Jesús lo miró con ternura, le conmovió su arrebato infantil por llegar a su encuentro, reconoció su deseo hondo. Lo tapó con una toalla y lo abrazó. El fuego estaba encendido y Pedro se quedó al lado de las llamas mientras Jesús abrazaba uno a uno a sus compañeros que recién se bajaban de la barca. Después de saludar a cada uno, Jesús les dijo: “vamos a desayunar” y partió el pan. Ellos entendieron. Todo el tiempo cabía en ese instante, estaban en plena comunión, nada les pesaba, estaban en casa y el Misterio de la Resurrección los liberaba de las pesadas anclas que antes cargaban en sus espaldas. Estaban ahí, eran amados. No había temor, solo los habitaba la confianza.