Contemplación Juan 21, 1-14
Estaban sentados a la orilla del lado. Pedro dijo: voy a pescar. Sus compañeros decidieron acompañarlo. Después de mucho rato sin pescar se empezaron a desanimar. Estaban cansados de esperar. En la orilla un hombre les dijo: “tiren las redes a la derecha y pescarán”. Ellos confiaron y así lo hicieron. Pescaron tantos peces que les costaba sacar la red. Juan reconoció a Jesús y dijo: “Es el Señor”. Pedro en un impulso de emoción se tiró al agua y fue hacia donde estaba el Señor.
Jesús lo miró con ternura, le conmovió su arrebato infantil por llegar a su encuentro, reconoció su deseo hondo. Lo tapó con una toalla y lo abrazó. El fuego estaba encendido y Pedro se quedó al lado de las llamas mientras Jesús abrazaba uno a uno a sus compañeros que recién se bajaban de la barca. Después de saludar a cada uno, Jesús les dijo: “vamos a desayunar” y partió el pan. Ellos entendieron. Todo el tiempo cabía en ese instante, estaban en plena comunión, nada les pesaba, estaban en casa y el Misterio de la Resurrección los liberaba de las pesadas anclas que antes cargaban en sus espaldas. Estaban ahí, eran amados. No había temor, solo los habitaba la confianza.
Después de haber expulsado a los vendedores del Templo, Jesús volvió otra vez a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el…
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él…
Jesús se puso a hablarles en parábolas: “Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una…
Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones.Ellos fueron y le dijeron: “Maestro,…
Se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caso:“Maestro, Moisés nos ha…