Jesús dijo a sus discípulos: “Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, perdónalo”. Los Apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El respondió: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, ella les obedecería.”
Los apóstoles le dicen al Señor este lunes: “auméntanos la fe” Y Él les responde: “si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, le dijeran a esa morera que está ahí, arráncate de raíz y plántate en el mar, ella les obedecería”
¿Que es lo que nos dice Jesús? ¡Que con fe lo podemos todo! – Que con fe podemos caminar hacia adelante sin temores y seguros de que el Señor nos acompaña. – Y la fe es capaz de mover “montañas”, ¡seguramente! – Es capaz de mover corazones – Es capaz de hacerme crecer a mi mismo, a mi misma cada día ¿no? ¡Algo que pareciera imposible, es posible!
Ahora, fíjense, el pedido de los discípulos: “auméntanos la fe” Le piden al Señor. La fe necesita de nuestra disponibilidad, por supuesto, pero es puro don de Dios, es regalo de Dios, Él es quien nos regala y nos hace aumentar y crecer como este granito de mostaza, cada día nuestra fe.
Por eso en nuestra oración, siempre tendríamos que incluir este pedido, Señor, auméntanos la fe.
Incluso cuando tengo la fe: “pum para arriba” que digo ¡Estoy bárbaro! Ahí también tengo que decir: Señor, auméntanos la fe”
¿Que tal si lo incluimos en nuestra oración de hoy? pero tambien, tambien lo tenemos presente siempre
Es Dios quien nos dona, nos regala la fe. Permanentemente tenemos que estar pidiéndole a Jesús que nos aumente la fe.
Un abrazo y que Dios los bendiga.