Lunes 09 de Mayo de 2022 -Evangelio según San Juan 10,1-10

martes, 3 de mayo de
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Jesús dijo a los fariseos: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz”. Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.”

 

 

 

Palabra de Dios

Padre Maximiliano Turri

 

 

 

María está junto a su hijo y su hijo está colgado en la cruz, vaya momento en el cual la Madre acompaña y está firme junto a él, en ese momento extremo de la pasión y muerte de su hijo, Jesús la entrega nosotros, nos la entrega como Madre y nos entrega a nosotros a ella, nos pone bajo su cuidado nos pone bajo su protección y su ternura maternal.

Por último, el Evangelio nos cuenta como el discípulo, esto es la iglesia, nosotros, la recibimos en la casa, en nuestra casa y también, siguiendo esa lógica, de entrega de Jesús es ella la que nos recibe en su casa hay una mutua entrega que nace de la entrega de Jesús. Jesucristo entregado a los brazos misericordiosos del Padre, en la cruz nos entrega su madre y nos entrega nosotros a ella Recibirla María en la casa se desprende también de que ella nos recibe en su casa y esto es trasladarnos espiritualmente hoy al Santuario de Nuestra Señora de Luján, lugar de encuentro con el amor, con la dulzura del Dios hecho pequeñez en esa imagen tierna y dulce de Nuestra Señora de Luján. Es el abrazo de Dios padre misericordioso que nos recibe el santuario de María para darnos su misericordia y su paz, es experimentar la ternura del corazón que todo corazón humano busca y desea, ser amados y recibir esa misericordia, esa ternura, esa dulzura del amor en la reconciliación, en el perdón.

Por último experimentar la paz esa paz profunda que nace del amor encarnado en Jesús que se hace presente en el santuario de María de Luján, todo esto celebramos hoy en esta fiesta hermosa de la patrona, la madre la que nos cuida ,Nuestra Señora de Luján.

Que pases un hermoso día, que Dios te bendiga y que la Virgen de Luján te cuide.