Lunes 11 de Septiembre de 2023 – Evangelio según San Lucas 6,6-11

jueves, 7 de septiembre de
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Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y quédate de pie delante de todos”. El se levantó y permaneció de pie.Luego les dijo: “Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”.Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El la extendió y su mano quedó curada.Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca


Comenzamos una nueva semana y la palabra de hoy nos sugiere compartir este pasaje del evangelio donde vemos que Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Y siempre que el Señor enseña lo hace desde lo concreto, desde sus palabras, desde sus obras. Enseña con la autoridad de sus palabras, pero también con la autoridad del servicio a los demás. Eso se llama coherencia: ser uno entre lo que uno cree y lo que uno es; entre lo que quiero ser y mi presente; entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago. Ser uno y pedir la coherencia, ser uno y transmitir ese testimonio porque, como dice el Papa Benedicto XVI, “las palabras convencen, pero es el testimonio lo que arrastra”. Y el Señor está dispuesto a hacer de vos un gran instrumento de testimonio (siempre y cuando lo dejes).

Vemos que el Señor se encuentra en la palabra de hoy con dos clases de personas.

Por un lado la gente de corazón duro, aquellos que están esperando que se equivoque para poder condenarlo, para señalarlo, para poder castigarlo. Esa gente que se preocupa por cosas superficiales, que no va a lo profundo y que, en el fondo nunca se preocupan por el otro. Y a esta gente el Señor le dice está permitido hacer el bien o el mal. Y aparece este cuestionamiento. ¿En qué nos estamos fijando? ¿Nos estamos fijando en lo más profundo, en lo verdadero o nos estamos preocupando demasiado por cosas accesorias? Quizás es un buen momento para relativizar, poner el ojo en lo más importante.

Pero también aparece este hombre que tiene la mano paralizada y lo primero que Jesús le dice es que se tiene que poner de pie. Ponete de pie, levantate y quedate de pie delante de todos. Siento que la mano paralizada puede simbolizar en nuestra vida todo aquello que no nos deja darnos, que no nos deja servir, que no nos deja en definitiva salir al encuentro del otro. Y qué bueno que sería que en este día lunes te puedas preguntar qué es aquello que no te deja servir en serio a los demás. ¿Cuáles son esas excusas que usas, que vas poniendo una y otra vez? ¿Cuáles son tus egoísmos? Aquello que te encierra y que te va paralizando tus miedos, tus problemas, tus preocupaciones. Mirá, si no dejas que Dios se haga presente en tu vida, poco vas a conseguir. Acordate que el Señor te hace ponerte de pie, te levanta y hoy te está invitando a extender tu mano, a extender tu mano para poder ayudar a los demás y para poder en el otro encontrarte con Jesús.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.